jueves, 23 de junio de 2011

Taxis













Hablar de taxis conlleva siempre multitud de anécdotas, cualquiera que haya visitado cualquier lugar de este mundo te contará historietas para troncharte o simplemente para quedarte ”pasmao”.

Aquí en Bata el 90% de los automóviles son taxis, dato sorprendente, pero teniendo en cuenta que el 80% de la población están en el umbral de la pobreza, la mayor parte viene cobrando entre 5 y 10 euros al día, no es de extrañar que muy poquita gente pueda adquirir un vehículo; así que como tampoco hay transporte público, salvo algún autobús pequeños de empresa que se dedica a recoger al personal para la entrada y salida al trabajo, el taxi se convierte en el transporte habitual en la ciudad.

Accidente de moto/coche, hace varias semanas

Un viaje normal a cualquier parte de la capital cuesta 300 fcfas, algo menos de 50 céntimos de euro, pero puedes pedir que te lleve la compra o cualquier cosa que necesites transportar del tamaño que sea, mientras sea transportable y negocies bien tienes el trayecto. El problema de estas cargas es que realmente no merece la pena el transporte de ciertas mercancías ya que los coches no están en buenas condiciones y por un poquito más de dinero revientan los coches que no son capaces de arreglar, incluso producen accidentes de distinta envergadura.

Taxi abandonado

Los taxis son con diferencia los vehículos en peor estado ya que apenas sacan para mantenerlos, porque además las piezas de repuesto son de importación y como todas las importaciones, son enormemente caras. Están al menos cuatro veces más caras que en Europa. Así que irás viendo como la flota de taxi va aumentando en coches golpeados, sin lunas, maleteros que no cierran, puertas que no abren, asientos hundidos, bichitos correteando por dentro, sin matrículas,  incluso llegué  a ver un coche circulando que había dado vueltas de campana, con el techo hundido y el conductor mirando entre un huequecillo por la parte delantera.



Los conductores son en la inmensa mayoría chavales jóvenes sin apenas experiencia, en muchos casos sin carnet de conducir y en otras ocasiones incluso borrachos que van haciendo rondas baratas y amontonando a la gente en los coches como si de un autobús de línea se tratara. A veces montan dos personas en la parte delantera, incluso sin conocerse y claro, van “apretaitos “ o hasta casi abrazados. En cierta ocasión, a mí me tocó compartir la parte trasera con dos mujeres, yo en el medio claro, y una de ellas podría pesar del orden de los ciento cuarenta kilos y la otra apoyada literalmente en mi pierna ¡menudo viajecito! También se ven algunos con los maleteros abiertos y cargados de plátanos o paquetes de yuca que a veces van perdiendo por el camino.


Si no tienes luna trasera puedes colocar un sintasol

También es cierto que debido a la edad tan prematura de los conductores, los coches van totalmente tuneados con baratijas tales como colgantes chinos, plumeros de todo a cien, multitud de luces imitando el coche fantástico, incluso colocan dentro una bombilla de color rojo o azul como si estuvieses en cualquier disco, bueno un sinfín de artilugios a veces muy sorprendentes.
Hay dos tipos de conductores, los que van a 30 km/h y entorpeciendo y los que van a toda ostia saltándose stop, rayas continuas o lo que sea, sin contar los que persiguen a una ambulancia o coche de Policía que va con la sirena puesta, todo un show.

Un pequeño vuelco

Cuando tienen un accidente, muy comunes por cierto, los coches quedan por lo general para el desguace, sinceramente se pegan trastazos muy aparatosos y lamentablemente con heridos muy graves o incluso con muertes que realmente podrían haberse evitado. Los frenazos inesperados repentinos sin intermitentes, las salidas sin mirar ni advertir,  adelantamientos sin pensar, giros incorrectos cerrando el paso a cualquiera y otras muchas maniobras que hacen de las calles de Bata, a veces una pesadilla. Los coches averiados se quedan en las calles tirados como colillas afeando las calles y dando buena fe de lo que realmente pasa con el tráfico en Guinea Ecuatorial.
También sucede que los Guineoecuatorianos tienen por regla general muy poca educación y muy malas costumbres, así que cuando entras y te encuentras gente dentro y das los buenos días, en la inmensa mayoría no solo no te contestan sino que te miran con mala cara. Se dan casos de gente comiendo en los vehículos y escupiendo dentro todos los restos que no son muy comestibles; otros pueden estar rebuscándose la nariz mientras te miran con total descaro. Y los más atrevidos te ofrecerán chicas, drogas o cualquier cosa con tal de sacarte algún franco que otro.

5 comentarios:

  1. Otra buenísima crónica...no sabes como te lo agradecemos!
    Son obligatorios los cinturones de seguridad??Jejejeje.
    1 beso grande

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  2. Toma ya!!!!!, me cago en la ITV.
    Gran, gran crónica compañero.
    Comprate un casco, coderas,rodilleras,espinilleras.....y todo lo suceptible de tapar, eso es vivir al límite,¿¿y las compañías de seguros??, hay franquicias??? jajajaj.
    Abrazos

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  3. Joder chaval que crónica, a este paso las puedes vender.
    Si el Vaquilla hubiese nacido en bata hubiese pasado inadvertido... o es que nació allí y se vino a vivir aqui ?
    Teniendo en cuenta la educación que tienen, todo lo que cuentas tiene cierta lógica, lo que tienes que hacer es aprovecharte de tu experiencia para anticiparte a los posibles problemas.

    sigue asi.
    Un abrazo.

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  4. Dona, los cinturones los cortan para remolcar los vehículos a modo de grúa.
    No existen ambulancias, ni asistencia en carretera, ni seguros, el otro día asistimos un accidente donde los perjudicados solo querían llevarse la moto que le faltaba la rueda delantera cuando uno de ellos llevaba un boquete en la frente taponado por su propia camisa, nadie quería llevarlos al hopital, al final nos vimos obligados a obligar al culpable del accidente a llevárselo. Al día siguiente vimos un vuelco en la carretera con una niña de 8 o 10 años por medio en un estado muy lamentable. La gente no es conciente de la gravedad en los accidentes de tráfico, ni valoran la vida del mismo modo que nosotros.

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